Me llamo Sara y una de mis pasiones es viajar. Creo que la vida es para disfrutarla y que cuando se trabaja en algo que te apasiona, en realidad por mucho tiempo y esfuerzo que le dediques, deja de ser un trabajo y se convierte en algo más, se convierte en una especie de extensión de uno mismo.

Mi trabajo me permite viajar a lugares a los que antes nunca creí que pudiese ir, sin nencesidad de contratar grandes paquetes de viajes ni dejarme un dineral en billetes de avión. Si bien, yo no elijo esos lugares, y el tiempo con el cuento para poder conocer esos lugares es limitado, aunque para mucha gente no sería la forma de viajar ideal, es mi realidad y he decidido aprovechar las oportunidades al máximo.

Esta realidad me ha permitido ser consciente de cuantas barreras me ponía a mi misma a la hora de viajar, desde mi cómodo hogar pensaba que cruzar el charco sería tan complicado como ir a Marte, sí, es una pequeña exageración, pero seguro que lo entendeis, sobre todo si vivís en un pueblo o una ciudad pequeña y cada vez que vuelves escuchas comentarios como «no te cansas de dar vueltas» o «pero si ya te has visto el mundo entero». Estos comentarios me recuerdan a esos pensamientos limitantes que me hacían creer que cruzar el Atlántico era una utopía, un sueño inalcanzable solo válido para unos pocos agraciados.

Pues yo, tal y como diría Calderón, estoy viviendo mi vida en sueño, e intento recordarme cada día lo afortunada que soy por vivir esta oportunidad y agradecer cada nuevo aprendizaje que me deja el camino, por que llevo como una filosofía de vida la creencia de que todo pasa por algo, tanto bueno como malo, si tenemos fé y queremos creer que así es, podemos sacarle provecho y valorar cada piedra en el camino y saber que cada cosa «mala» que nos ocurre nos aporta algo «bueno» que aprovechar para nuestro camino.

Viajando, consigo ir rompiendo barreras que me he ido imponiendo con los años a base de encerrarme y de no salir de mi zona de comfort, gracias a conocer nuevas culturas y diferentes personas y sus realidades, voy conociendo el mundo desde otras perspectivas y he descubierto nuevos «colores» gracias a cambiar mi mentalidad y ponerme mis «gafas de viajar «, es increible lo mucho que puede aportar un viaje a tu vida, incluso aunque ese viaje sea corto.

En cada viaje presto especial atención a la historia del lugar, a su orografía, su clima, su fauna y vegetación, su religión, su educación y su comida, por que estos aspectos suelen marcar el carácter de su gente y hacer una cultura especial. Algo que he notado especialmente en lugares como Salvador de Bahía en Brasil, en Perú que es un país que tiene clima y orografías muy diversas a lo largo de su territorio y eso diferencia mucho a su gente, o en Costa Rica, donde quien haya viajado allí entenderá el significado de su «Pura Vida«, son lugares con su propia filosofía, su especial forma de vivir y de encontrar alegría en los pequeños placeres.

Cuando viajas algo sucede, esos pequeños o grandes saltitos que vas dando por el mundo, pueden provocar grandes saltos personales en ti, hacen que evoluciones y te suelen dejar con ganas de más, acabas notando ese gusanillo, ya sientes el «mono» de viajar, quieres conocer más y más lo que este fantástico mundo tiene para mostrar.

A veces hay que perder lo que uno tiene o daba por sentado para poder ver lo que podemos llegar a conseguir, verlo desde una perspectiva más amplía, menos rígida y encasillada, no tenemos la mismas vistas en una montaña a sus pies que desde su cima, a veces hay que tocar fondo para poder llegar a lo más alto, dado que nuestro crecimiento personal no es lineal, está lleno de altibajos, y viajar es una gran herramienta de enriquecimiento personal y una gran oportunidad de conocernos a nosotros mismo a la vez que conocemos todo lo que nos rodea.

Pues bien, en base a eso he decidido desempolvar una idea que llevaba dejando de lado diez años, por esas creencias limitantes de las que os hablaba, y ponerme de una vez con un proyecto que me hacía una especial ilusión, este blog, en el que pretendo mostrar que el fast travel no tiene por que ser enemigo de conocer el mundo en condiciones empapándose de los lugares, su cultura y su gente, y compartiendo también con vosotros alguno de esos aprendizajes cargados de buen rollo del que os hablaba, por que al final no todos los «souvenirs» que nos traemos de los viajes tienen que ser materiales.

En cada entrada de destinos de este blog podreis saber dónde se situa el lugar al que vamos, su moneda, su idioma, su historia, su clima, aspectos de seguridad que tener en cuenta, los diferentes medios de transporte, los mejores souvenirs y dónde comprarlos, por su puesto los imprescindibles para ver y comer, y algunas experiencias o incluso sitios para salir a conocer la vida nocturna, entre otros.

¡Allá vamos!